TIPS MÉDICOS.
POR EL DR. J. L. LOPEZ-BUCIO.
En esta época, caracterizada por los más espectaculares avances en materia de salud, donde la técnica, la investigación genómica y el desarrollo de la nano-tecnología parece haberle regresado a la sociedad la esperanza en la cura de las peores enfermedades; la mortalidad materna es uno de problemas de salud, que todavía aquejan a la comunidad internacional.
Se le ha considerado un riesgo potencialmente controlable, dado que los recursos con que cuenta la medicina pueden evitar o en su caso tratar cualquier complicación que pueda tener una mujer embarazada, antes, durante y después del parto. La mortalidad materna ha mostrado, que es un fenómeno complejo, persistente y difícil de erradicar.
Generalmente asociada a la pobreza la mortalidad materna representa una tragedia social, por las repercusiones en la familia por la pérdida de una vida humana con rostro y apellido, y las pérdidas materiales y emocionales para la familia y la comunidad.
La prevención de la muerte materna es uno de los 8 objetivos necesarios para alcanzar un mundo más justo. (Declaración del Milenio firmada por 192 países en la ONU). Esta mortalidad es reflejo de las condiciones de desnutrición, marginación, desigualdad, discriminación y falta de disponibilidad y acceso a servicios médicos de salud reproductiva. La mortalidad materna es resultado directo de complicaciones obstétricas tales como la hemorragia, infecciones, trastornos de la presión arterial, abortos peligrosos, trabajo de parto prolongado u obstrucción del canal de parto, así como las enfermedades subyacentes que dificultan o se agravan por el sida, anemia, malaria, entre otras.
Algunas de estas complicaciones son imprevistas, es decir, que solo pueden ser superadas a través del tratamiento inmediato y adecuado, por un personal calificado y en instalaciones hospitalarias adecuadas. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) diariamente mueren 1000 mujeres en el mundo a causa de las complicaciones durante el embarazo y el parto. El 99% de estos casos suceden en países en vías de desarrollo, 50% de las mujeres tienen a sus bebes, sin la asistencia de personal sanitario capacitado y esta es la 2ª causa de muerte entre las mujeres en edad de procrear.
La mayoría de la causas de muerte son evitables, pero el 80% se deben todavía a hemorragias graves, antes, durante y después del parto, infecciones (septicemia: infección generalizada), trastornos de la presión arterial de la mujer embarazada (pre-eclampsia y eclampsia). Por poner un ejemplo, la hemorragia puerperal puede evitarse si se administra una inyección de oxitocina después del parto y las infecciones con solo utilizar técnicas asépticas y los antibióticos.
De 130 millones de partos que suceden a nivel mundial, en aproximadamente 20 millones se presentan secuelas relacionadas al embarazo como la esterilidad, incontinencia (incapacidad para retener la orina o la materia fecal en forma normal). Un problema adicional es que cada año se registran mundialmente 16 millones de partos en niñas de 15 a 19 años de edad en el entendido de que en muchos países del mundo el riesgo de muerte en este grupo de edad es dos veces mayor.
La consulta prenatal es importante ya que permite identificar y tratar, así como prevenir las diferentes complicaciones del embarazo y del parto. En México al igual que en la mayoría de los países en vías de desarrollo, la mortalidad materna representa un serio problema de salud pública, ya que la mayoría de las defunciones se encuentran entre los 25-34 años de edad, sucediendo la muerte en 50% durante el parto y 40% en el postparto y solo 10 % durante el embarazo. Existen factores socioculturales que influyen para el control sanitario de este problema como son el idioma (múltiples etnias), el sexo del médico (comunidades indígenas en donde el profesional debe ser mujer), subordinación de la mujer a la autoridad del marido, usos y costumbres diferentes, que se oponen al uso de los servicios de salud.
Los factores de riesgo de mortalidad materna: tener menos de 20 años y más de 35 años en el momento del embarazo, tener obesidad, diabetes, presión arterial alta, enfermedades del corazón, epilepsia, anemia y otras enfermedades crónicas, haber dado a luz en más de tres ocasiones, cesárea en embarazo previo, que se embaracen de nuevo antes de un año, que sea embarazo gemelar o más bebes, pesar menos de 50 kilos y medir menos de 1.50 metros.
Algunos signos de alarma que indican que está en peligro la vida de la madre son dolor de cabeza intenso y permanente, visión borrosa, zumbido de oídos, ver lucecitas, mareos, hinchazón de pies, manos y cara, aumento de peso superior a dos kilos de peso por mes, dolor de estómago persistente, pérdida de líquido o sangre por la vagina, ardor o dolor al orinar, disminución o ausencia de movimiento del bebé. En estos casos debe de acudir la mujer embarazada con un médico, recuerda que existe un convenio general de universalización de la emergencia obstétrica por lo que puedes acudir a hospital más cercano seas o no derecho-habiente.
Si estas embarazada requieres control médico prenatal siempre.
Más vale prevenir que remediar.
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