TIPS MÉDICOS.
POR EL DR. J. L. LOPEZ-BUCIO.
Es común tener como propósito al iniciar un año, llevar a cabo una actividad física, pero pensamos “soy demasiado viejo”, “estoy muy gordo”, “no tengo tiempo”, estos y otros pretextos los utilizamos para justificarnos ante nosotros mismos para evadir la práctica de algún deporte o simplemente para ejercitarnos en alguna actividad relajante o divertida como sería una caminata diaria o practicar un baile de salón, consientes de que la pereza y el abandono juegan en nuestra contra.
¿Quién no está de acuerdo en que la práctica de un deporte significa un beneficio personal, y quien no sabe que el sedentarismo (falta de ejercicio) puede afectar a largo plazo nuestra calidad de vida?
Como coinciden casi todos los especialistas en este tema, incluyendo a la organización mundial de la salud (OMS), la salud se define “como el estado de completo bienestar físico, mental, social y no solo la ausencia de enfermedades, y que formamos parte de una comunidad global y que la afectación de uno de los miembros de la sociedad afecta a los demás.
Se conoce que la medicina preventiva enfatiza la práctica de un deporte, como el antídoto contra todo tipo de padecimientos.
Es cierto que el estilo de vida actual impone limitantes en tiempo, espacios y distancias, así como las largas jornadas laborales, pero también es cierto que existen infinidad de posibilidades, si nos imponemos rutinas que nos permitan ejercitar nuestro cuerpo.
Los beneficios que traen consigo la práctica de un deporte son múltiples ya que la actividad física aumenta la esperanza de vida (número de años de vida de una persona), con el ejercicio experimentamos una sensación de bienestar físico y mental (endorfinas: substancias químicas que incrementan la sensación de bienestar físico y psicológico.
La práctica repetitiva y programada de un deporte o ejercicio nos forma además una disciplina que es útil para enfrentar los retos de la vida cotidiana.
Los beneficios físicos que trae el ejercicio son una disminución en las posibilidades de sufrir infarto del miocardio (corazón) y cerebral, diabetes (azúcar elevada en la sangre), presión arterial alta, osteoporosis, cáncer del colon, obesidad, depresión, evitando además trastornos digestivos, estreñimiento, dolores musculares, varices en las piernas.
En la salud mental el ejercicio nos ayuda a dormir mejor, una autovaloración positiva, a manejar mejor emocionalmente los problemas cotidianos. Además nos ayuda a mejorar nuestras relaciones personales y familiares si opta con llevar a cabo actividades físicas en pareja o en familia. Al final nos ahorra costos económicos ya que mejora nuestra salud y no requerimos de medicamentos caros para manejo de las enfermedades que provoca la obesidad.
El deporte se define como una práctica programada, estructurada (es decir, con objetivos y métodos definidos) repetitiva, para lograr mantener una buena condición física y evitar las lesiones o el desgaste excesivo e inadecuado de músculos y articulaciones.
Se recomienda en los adultos que por lo menos se efectué ejercicio media hora tres veces por semana. Conforme se impone el estilo de vida occidental disminuyen las oportunidades de ejercitar nuestro cuerpo a través del ejercicio físico. El sedentarismo afecta del 40-60% de la población y solo uno de cada 5 individuos realiza el mínimo de actividad física recomendada y esto aumenta el riesgo de las enfermedades crónica- degenerativas.
México ocupa en 1er. lugar en obesidad infantil y juvenil (de los países que llevan estadísticas en este sentido) y el número de niños y adolecentes con diabetes se ha incrementado.
Si todos conocemos los beneficios de la actividad física, ¿qué sucede? ¿Por qué no la llevamos a cabo? La respuesta es simple y al mismo tiempo compleja: la pereza, pero que está condicionada por múltiples factores que están relacionados a nuestro estilo de vida, que parece ofrecer pocos incentivos al esfuerzo personal. Si todo lo compramos, si estamos convencidos que el bienestar viene de cajas de 12 comprimidos, que hay medicinas milagrosas que nos permiten bajar de peso, sin dieta y sin esfuerzo físico, si la medicina moderna lo cura todo, entonces ¿para qué nos esforzarnos en una rutina que visualizamos aburrida, cansada, desgastante? ¿Para qué nos ocupamos nosotros, si mas tarde alguien nos va a resolver el problema?
Una de las más valiosas enseñanzas del deporte es hacernos responsables de nosotros mismos, de nuestra salud y de las metas que vamos alcanzando. No es necesario hacer deporte o ejercicio regular para ganar competencias o trofeos, pero si para lograr nuestras metas. Cuando hacemos ejercicio entramos en un círculo virtuoso ya que a medida que avanzamos, va aumentado nuestra calidad de vida. El ejercicio nos ayuda a superar nuestras adicciones como el tabaco, el alcohol y otras. El deporte debe de ser lúdico (es decir, divertido o entretenido) y nos incrementa nuestra estima. No deseamos ser deportistas de alto rendimiento, que solo algunas personas lo logran, simplemente debemos de fijarnos metas personales y racionales. Por eso dejemos atrás la pereza e iniciemos con vigor un deporte o algún ejercicio adecuado a nuestra edad y condiciones. Asesórese adecamente.
Recuerde que más vale prevenir que lamentar.
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