lunes, 28 de marzo de 2011

LESIONES POR RADIACIÓN. PARTE II.

TIPS MÉDICOS.

POR EL DR. J. L. LOPEZ-BUCIO.


En el artículo anterior se describen algunas lesiones que se presentan en los seres humanos cuando están en contacto radioactivo ya sea por razones médicas o por accidentes en las plantas nucleoeléctricas.
Otras de las manifestaciones que presentan algunos pacientes que reciben radioterapia después de un tiempo de finalizado el tratamiento contra el cáncer, es la presencia de lesiones graves en los órganos que estuvieron expuestos a la radiación como colitis post radiación, la insuficiencia renal (falla de la función del riñón), anemia (disminución del número de glóbulos rojos en la sangre), aumento de la presión arterial.
Cuando existe una acumulación de radiación en los músculos del cuerpo provocan dolor muscular intenso, atrofia del musculo (debilitamiento severo), formación de depósitos de calcio y en algunos casos tumores musculares malignos.
La aplicación de radiación sobre los tumores pulmonares malignos provoca inflamación de los mismos (neumonitis radioactiva) y una cicatrización severa (fibrosis) que puede ser mortal. El corazón y su recubrimiento (pericardio) pueden sufrir inflamación después de la aplicación de una importante cantidad de radiación en el esternón y la parrilla costal.
La radiación intensa o prolongada en la columna vertebral puede provocar parálisis.
Cuando se aplican radiaciones en abdomen se puede provocar ulceraciones en estómago, intestinos e inclusive perforaciones intestinales. Como la radiación altera la información genética de las células que se multiplican, provocan malformaciones congénitas y en las que no están en fase de reproducción, ocasionan anomalías en el crecimiento celular como cáncer, cataratas y esterilidad masculina o femenina.
Algunos investigadores afirman que la radiación resulta inofensiva por debajo de cierta dosis (umbral), pero otros no están de acuerdo y piensan que cualquier dosis de radiación en ovarios o en los testículos pueden dar lugar a mutaciones. Desde el punto de punto de vista médico y laboral es importante tener en cuenta que no hay que sobrepasar los niveles máximos de exposición a material radioactivo. En cualquier caso la posibilidad de contraer enfermedades o mutaciones genéticas relacionadas con la radiación está estimada entre 1 y 100 por cada gray de exposición y cada persona recibe en promedio una media de 0.0002 grays de radiación al año.
Los síntomas de lesiones por radiación deben de sospecharse cuando una persona se siente mal después de haber sido sometida a radiación médica o accidental. No existen pruebas específicas para diagnosticar la enfermedad, aunque múltiples alteraciones en los exámenes de laboratorio y las lesiones lo sugieren, lo que si se logra con los análisis de sangre y médula ósea es determinar el grado de daño ocasionado por la radiación.
Cuando las lesiones son a nivel cerebral o en aparato digestivo el diagnóstico es claro y sabemos que el pronóstico es grave.
El síndrome cerebral resulta mortal en un período de horas a pocos días y el síndrome del aparato digestivo es mortal en un lapso 3-10 días. El síndrome hematopoyético puede ser mortal en 4 semanas generalmente secundario a una infección grave o por una hemorragia severa (pérdida masiva de sangre).
El diagnóstico de lesiones crónicas por radiación resulta difícil o imposible si se desconoce el antecedente de exposición a la radiación. Se debe de investigar por el médico posibles exposiciones laborales o accidentales.
El médico puede examinar periódicamente el material genético celular que puede orientarlo a hacer el diagnóstico de lesión crónica por exposición a la radiación. Si la exposición fue de los ojos seguramente presentaran cataratas.
El tratamiento es si la piel es contaminada con materiales radioactivos debe de ser lavada inmediatamente con agua y de ser posible con una solución fabricada específicamente para ese fin.
Cualquier herida por pequeña que sea debe de limpiarse enérgicamente para eliminar todas las partículas radioactivas, aunque en este procedimiento se provoque dolor. Si la persona ha ingerido material radioactivo momentos antes deberá de provocársele el vomito. En caso de exposición intensa a la radiación, el análisis del aire que se expira y la orina dará señales de radiación.
Cuando se presentan los síntomas de tipo agudo por uso de radioterapia se utilizan medicamentos contra el dolor y las náuseas o vómitos.
En los síntomas gástricos e intestinales por radiación se dan medicamentos contra las nauseas, tranquilizantes y dieta sin condimentos y sin grasas. Así como transfusiones sanguíneas y antibióticos hasta lograr que se recuperen las células intestinales encargadas de la absorción de los alimentos.
Los síndromes hematopoyéticos requieren de transfusiones, antibióticos, aislamiento, en algunos casos trasplante de médula ósea de donante idéntico.
En los casos crónicos: lo primero es eliminar la fuente de radiación, algunas substancias radioactivas como radio, torio y estroncio pueden ser eliminadas del cuerpo por medicamentos que las fijan y permiten que salgan por la orina.
Considero importante conocer este tipo de lesiones porque aunque son raras, revisten un riesgo potencial sobretodo porque el tratamiento con radioterapia es un método eficaz de tratamiento del cáncer.
Recuerde más vale prevenir que lamentar.
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